sábado, 16 de julio de 2011

LOS JUGUETES DE MI INFANCIA (Años 60 - 70)


Cuando nací y fui pequeño, los Robots no pretendían colonizar el mundo ni se hubieran vuelto contra el hombre pese a las películas de los años 50 de Sci-fi.


Pipo fumador era una pequeña figurita de plástico que llevaba unos minúsculos cigarrillos de recambio que, al encenderse, echaba humo a intervalos como si el tal Pipo estuviera fumando. Hoy día, un muñeco así es inconcebible: tanto por el mal hábito de tabaco como el de que los niños necesitábamos cerillas para encender el cigarrillo minúsculo.





Las pulgas marcianas eran unas cápsulas, como las de la medicación con una bolita de hierro en su interior que cuando las tirabas al suelo parecía que andasen solas al desplazarse la bolita por el interior de la cápsula.
Era de lo más divertido...y de lo más absurdo.





El Bimbovisor era, como su nombre indica, un visor a contraluz con unas diapositivas que se podían conseguir al consumir los productos Bimbo. Tan absurdo como impactante. Nada de ordenadores 3D...





El Autocross. Aprender a conducir era fácil...pero no para un niño tan pequeño. Los pequeños coches  imantados seguían la ruta a merced de un metal situado bajo la base. Hubieron un par de juegos parecidos. Uno de ellos era una tela en forma de rodillo sin fin que rodaba y era el cochecillo el que estaba siempre a la misma altura.




El Blandi blub fue el juego más divertido, recordado y viscoso de mi infancia. Un moco verde de frio aspecto se deslizaba por cualquier superficie...hasta que pasado su tiempo se endurecía y...a la basura. No había truco para "reanimarlo". Cogía el polvo, pelos, pelusas y tierra allá por donde iba pasando.




El chiclé Bubble gum Cosmos era negro. Pero negro, negro. Su acentuado sabor a puromoro alcanzaba un sabor dificil de aguantar. Puaaaajjjjjj....Hoy estaría prohibido en medio mundo.





Existieron muchos juegos de submarinos: desde dirigidos (nada de teledirigidos), otros preparados para nadar y bucear y hasta un juego que constaba de un periscópio que, si lo centrabas correctamente sobre una pantalla, hundias el submarino. Lisérgico a tope.




Las niñas se pasaban horas y horas trenzando el Scoobydoo, unas cintas de plástico de colores que tenía embelesada a la juventud. Y más de un chico también se enganchaba....





Los sobres de soldaditos eran lo más. Fíjate tú...Pasabas más tiempo separando los soldaditos de su matriz que los unía que jugando con ellos pues casi ninguno se mantenía en pie. O era yo que los arrancaba a lo bestia y los deformaba...no me acuerdo...Tenían el tamaño perfecto para quedarse estancados en la traquea y ahogar a cualquier niño. Y ya no digo nada de los soldaditos introducidos por la nariz...




Mucho antes que el TENTE y poco después de las arquitecturas de maderitas, Exin Castillos creaba impresionantes reproducciones de castillos, torreones, almenas y todo aquello que la imaginación daba de sí.
A la hora de recoger el desaguisado siempre se quedaban piezas fuera del bote y debajo del sofá, la mesa camilla, etc...





Los juegos reunidos Geyper eran verdaderas canteras de ludópatas. Era como tener Las Vegas en casa pero sin apostar dinero. Lo que más arrasaba era la ruleta ya que era lo único que tenía movimiento aunque fuera manual. La bolita siempre se perdía por la afición de hacer el bestia.



El Ibertren o el tren Payá eran dos de los juegos de trenes más entretenidos...para los padres. Ya el hecho de montar las vias llevaba su tiempo. Creo, a Fe mia, que era mucho más divertido que el scalextric. Los trenes eran pequeños pero con un regusto a antaño.






Y ya por último, que no el último juego de la época, fue el veraniego La Bola Loca, juego que, como el Guadiana, aparece, desaparece y reaparece a lo largo de la historia. Una historia que no debemos olvidar porque, quien pierde al niño que llevamos dentro, pierde al hombre que cree que es.

3 comentarios:

  1. verdaderamente entrañables

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  2. Me ha encantado la visión sobre Ibertren. Aunque este y Scalextric eran son dos tipos de juegos bastante diferenciados, si que Ibertren centra su atención en los propios dioramas y no en las prestaciones de la reproducción.

    Más que competir a muchos chicos nos encantaba construir, siendo la preparación del juego (por ejemplo con los clicks de Playmobil o Exin Castillos por decir dos juegos bien diferentes) cuando uno se divertía más

    Por cierto, genial el Bimbovisor y los panecillos con tableta de chocolate incluida (a la antigua usanza) en los cuales aparecían estos cromos/diapositiva.

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  3. En esta web también podréis recordar vuestra infancia:
    http://www.recuerdas.es
    Saludos

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