jueves, 25 de octubre de 2018

LA LEY DEL EMBUDO Y LA MUERTE DE LA JUSTICIA


En un mundo donde todos creen que tienen la razón, en donde no se escucha porque no interesa o donde se oye sólo lo que se quiere oír, nadie se da cuenta de que hablamos de lo que no sabemos.

Somos tan ignorantes y tan pobres que no nos merece la pena indagar por qué pensamos de una manera y no de otra. No justificamos nuestras afirmaciones con nada sólido pues sólo nos quedamos con la capa superficial. Pensamos que "el otro" es idiota y que nosotros sí sabemos de lo que hablamos. Por ello:

No creemos en Dios pero sentimos simpatía por el Diablo
Atacamos la religión Católica pero nos parece aceptable la Budista
Aborecemos nuestra Cultura en pos de la Cultura extranjera.
Cambiamos nuestras férreas costumbres por otras vacias y sin alma.
Rechazamos la dictadura de Derechas pero no reconocemos la dictadura de Izquierdas
Somos capaces de ver un anuncio de pobreza extrema y, acto seguido, un anuncio de delicatessen para gatos sin darnos cuenta del impacto que supone.
Proclamamos la Libertad haciendo callar al que no piensa como nosotros.
Defendemos nuestra bandera mientras quemamos la bandera que une a muchos otros.
Vemos la Homosexualidad como un vicio y no vemos la Infidelidad como un error.
Odiamos a los ricos y sólo pensamos en tener lo que ellos poseen.
Insultamos a los que no opinan como nosotros y nos ofendemos si nos insultan.
Aplaudimos los malos comportamientos y nos burlamos de las acciones nobles.
Alzamos a nuestros asesinos y lapidamos al noble por pusilánime.
Ponemos violencia en nuestras palabras y exigimos respeto del herido.
Nos burlamos del que tiene Fe, Bondad o Nobleza y seguimos como perros lazarillos a los provocadores que sólo buscan el enfrentamiento.
Decimos que amamos a las personas y las vendemos por dinero.
Decimos "Te Quiero" pensando en otro.
Aseveramos que somos incorruptibles poniendo la mano por detrás y cogiendo el dinero manchado de mentiras.
Deseamos un Mundo mejor mientras contaminamos sin poner remedio.
Rechazamos a los que no son como nosotros sin tener en cuenta que nosotros somos diferentes a ellos.
Decimos lo que hacemos porque no lo hacemos.
Amamos la violencia porque tenemos miedo....

Somos la sombra de lo que queremos ser. Nos hemos convertido en nuestra propia caricatura, ridícula y humillante, porque somos incapaces de pedir Perdón, de reconocer que tenemos miedo, de que se den cuanta que no somos felices, de que para esbozar una sonrisa necesitamos un poco de droga, esa droga que "no hace nada" pero no puedo divertirme sin ella.
Somos unos cobardes que hemos perdido el rumbo y hemos destrozado la Escala de Valores.
Y ahora dirás...yo no.....


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