martes, 5 de junio de 2018

LA SOCIEDAD TERMINAL


La Sociedad es aquello evidentemente invisible en lo que estamos inmersos. Es como el aire que circula entre nosotros, puede estar viciado o limpio, da igual, no le hacemos caso porque es tan evidente que no le prestamos importancia. Sólo lo hacemos cuando ese aire se enrarece más de la cuenta, cuando huele mal, cuando es demasiado caliente o demasiado frío. Incluso cuando el aire se convierte en viento.

Y una Sociedad en la que se premia a los ignorantes, se silencia a los genios, en la que se aplaude el mal comportamiento y se rechaza términos como Fe, Bondad, Humanidad, Piedad o Amor porque se los considera términos obsoletos y "beatos", es una Sociedad que ha llegado a su fin.

Cuando las posturas se radicalizan, cuando agredes a alguien por su condición o pensamiento, cuando no respetas una opinión distinta de la tuya ni contrastas la veracidad de tu información, es porque esa Sociedad enferma ya ha entrado en los estertores de una muerte segura.

Cuando se burlan por ser creyente, cuando te pegan una paliza por tu condición sexual, cuando eres perseguido por una idea o cuando eres humillado por amar a tu país, eso es la decadencia de todo un sistema.

Cuando intentas imponer tus creencias a golpe de navaja, cuando humillas a una Sociedad que no es la tuya y te acoje, cuando te crees en el derecho de exigir sin dar y de recibir sin ganártelo, cuando crees que es legítimo pasar sobre los otros que estaban delante de ti, fallas tú y los que aplauden tu forma de pensar.

Cuando unos pocos dictan a la mayoría e imponen sus proyectos porque consideran obsoletos los tuyos aún sin saber cuales son, cuando sólo se lee y se escucha una parte y no se contrasta con las demás, cuando alguien se cree que puede insultar a quien fuera porque el insulto ha existido siempre, eso es que se apaga la inteligencia de nuestro mundo.

No se puede insultar en nombre de la libertad de expresión. No se puede matar por la Ley de Talión. Hay que desterrar el absurdo comportamiento de "quien no esté conmigo, esta contra mi" y, mucho menos el "Yo puedo pero tú, no".

La Sociedad en donde estamos inmersos no está enferma. Está muerta. Nos hemos convertido en los gusanos de su propia putrefacción. En cuando se acabe el último resquicio de esa carne que es la Sociedad Libre, moriremos envenenados por nuestros propios actos.

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