martes, 16 de abril de 2024

NO ERES LA HIEDRA QUE AMA SU PARED

 


Lo sé, mi vida. A veces los fuertes brazos de la soledad te rodean hasta el punto que te cuesta respirar. Andas solo, buscando un paisaje perdido que te abrace, un silencio que te bese en la mejilla y un lugar donde ser tú mismo sin ser ignorado por ello. Necesitas fusionarte con la naturaleza harto de tantas jaulas de falso oro.

La tristeza de la incomprensión es realmente dura. Los silencios con los que te bombardean retumban en tu alma como misiles que disparan directos a tu corazón. Y te preguntas...Te preguntas por qué has dejado de ser bueno por ponerte en tu sitio, por reclamar tu derecho a ser respetado y tu obligación de ser feliz, dentro o fuera de casa.

Hay amores que asfixian, ayudas que destrozan, chantajes emocionales perversos y amigos con máscaras sofisticadas. Pero tú tienes la cara limpia, tan limpia como el alma que habita en tu pecho. Y es esa luz especial la que les molesta y les incordia. No eres tú, es el brillo tan puro que despides.

No dejes que nadie te haga mal y no me refiero a daño físico, si no al daño psíquico. Ese daño que te mina, te minusvalora y te duele como el que arranca con sus manos una rosa sin saber el dolor de sus espinas.

Abre los ojos y observa. Observa tanto fuera como en el interior. Tan sólo son ciertas personas, quizá solo una, la que no quiere que crezcas como las flores de un espléndido campo si no que desean que seas como la hiedra sobre la pared, siempre pegados a ellos, capaces de hacerte pensar que sin ese muro no tendrías vida...y tú no eres hiedra, tú eres hierba fresca que grita por crecer para hacer el mundo más bonito, más hermoso, con más color. Es un precio alto que merece la pena pagar.

La pared de esa hiedra le convence que la necesita para apoyarse, para crecer, para lucir con su belleza y que, sin ella, sólo sería una planta que se arrastraría por el suelo como el ser más despreciable del universo. Son susurros llenos de hiel. Recuerda que la fuerza de la hiedra es capaz de demoler un muro entero. Esa es tu fuerza, tu poder.

Quien realmente te quiera y te ame no dudará en darte las alas más bellas y el cielo más extenso para que surques por él gritando con alegría "Soy Feliz". Todo lo demás, las cadenas, las cuerdas, las amenazas de "sin mi no eres nadie" y los "ya te acordarás de mí cuando todo te vaya mal" son cantos de sirena que, al igual que le pasó a Ulises, te embelesan para destrozarte y hundirte.

Recuerda que Ulises recurrió a la estratagema de taparse los oídos y hacerse encadenar al mástil, olvidando que el canto de las sirenas lo traspasaba todo.

Y es que hay amores que matan. Y si es el "amor" de una pareja es una traición pero, si es el amor de una madre, de un hermano o de un amigo, la deslealtad alcanza connotaciones tan asfixiantes que al final ponen en duda tu derecho a ser libre, a volar, a caminar por la senda que has elegido, solo o en compañía, con el lógico miedo de equivocarte. No importa, retrocede, cambia de dirección, pide ayuda....pero nunca ames las cadenas que te atan con la excusa de "es amor".

lunes, 15 de abril de 2024

V.A - ETHEREOLAND: CLASSIC VOX HUMANA

 


Excelente recopilatorio, muy personal, con canciones y arias capaces de poner los pelos de punta y emocionarse hasta soltar alguna lagrimilla.

Temas, sobre todo de Puccini, Schubert, Strauss o Haendel en un corto pero intenso trabajo basado en la belleza de la voz humana y con la presencia de artistas como Kiri Te Kanawe, Leontyne Price o Andrea Bocelli.

Este es el segundo disco de Ethereoland tras el primer recopilatorio más moderno pero tan lleno de belleza como éste.

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miércoles, 15 de noviembre de 2023

SOY MI PROPIO VACÍO


 

La vida es como un profesor injusto que, pese a dedicarte a estudiar cómo vivir con respecto, normas y educación, a veces nos suspende en el peor momento lanzándonos a un vacío abrumador en donde, además del terror de caerte sin previo aviso, te cuestionas todas las cosas que te han llevado a esa situación llegando a la conclusión de que no depende absolutamente nada de ti, al menos directamente.

Injusto, desmedido, incluso despiadado, son los sentimientos que te resetean en una espiral de agobio, ansiedad y incredulidad.

Todo se desploma a mis pies y caigo en un vacío injusto, frío y doloroso que me hace plantearme toda mi vida de nuevo, mientras los demás no entienden esa angustia existencial que ha desparramado por el suelo todos mis principios y convicciones recopiladas y guardadas durante años.

Años y años de experiencias, jurando por Dios que jamás caería o repetiría los viejos errores que tanto daño me han hecho y que no volvería a pasar por ese dolor inmerecido, absurdo y ajeno a mi. En cambio me vuelvo envuelto en otra de esas caídas libres, a oscuras, rápidas e inesperadas que me llevan a empezar de cero.

Empezar de cero desde un cansancio emocional, zaherido, que me mortifica de forma que ni ganas tengo de cogerme a ese hoyo o vacío que ni siquiera tiene paredes en el cual me vi empujado por el capricho del destino.

Es entonces cuando se desestabiliza mi forma de vida, cuando mis principios caen y mi aprendizaje se ha esfumado, cuando los papeles de tu larga historia se los llevó una fuerte ráfaga de viento endemoniado.

Vuelvo a estar a cero, como una marioneta de alguien que intenta manejar mis hilos para su propio espectáculo, para convertir mi mundo en su forma de vida, para que te des cuenta que el amor es agridulce y, casi siempre, para el mismo personaje.

Convertido en un mar de dudas, en un pozo sin fondo, en un lago sin estrellas, en un muñeco roto que se puede utilizar para una hoguera, como un sabio al que el alzehimer le ha borrado su cordura y sabiduría....así me siento, así estoy y así me quedaré un tiempo hasta que ese vacío se llene de terciopelo y vaya frenando mi caída no exenta de heridas, rozaduras y roturas del alma.

Quise no haber despertado ese día. Que todo fuera mentira, un mal sueño que nunca hubiera sucedido. En cambio, cada vez que me levanto por la mañana, maldigo a Dios por el nuevo día y la nueva oportunidad.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

KINTSUGI

 


El centenario arte japones de reparar las piezas de cerámica rota con oro para hacer latente las "heridas" se ha convertido, a día de hoy, en una filosofía de vida.

Quizá una filosofía que se aplica más cuando ya tienes una edad, cuando tu cuerpo y tu alma han sufrido dolor y desgarros emocionales y cierto dia dices "hasta aquí he llegado".

De forma imaginaria pegas tus pedazos con color oro para que esas heridas, que forman parte de la experiencia, te recuerden que tú eres lo que has vivido y que no dejarás que nadie o nada te vuelva a hacer daño. Y, aunque es algo casi imposible porque es parte de la vida, sí que comienzas a tomar medidas para que no se repitan, al menos, las mismas heridas.

Cicatrices que llevas con orgullo porque eres humano, porque te has equivocado muchas veces y otras tantas te han juzgado sin fundamento, convirtiéndote en el blanco de traiciones y manipulaciones.

Gente que te ha usado, que se aprovecharon de tu confianza. Gente que te fue infiel porque le importaba más el placer que el respeto. Amigos por compromiso y abrazos llenos de espinas dulces.

La heridas acaban cicatrizando y, esas cicatrices, te recuerdan que tienes una historia detrás de ti. Una historia que debes recordar que no debes repetir aunque ello te lleve a tener nuevas cicatrices diferentes .

Nunca hay que jugar a ser dioses, a prestaler poca importancia a las caídas y limpiarnos facilmente las heridas que hemos sufrido. No hay dolor más inhumano que negarle a un hombre el dolor que siente.

Hoy luzco mis heridas con oro. Me recuerdan quien soy y por qué he llegado hasta aqui. Lógicamente tengo miedo de tener más cortes, pero jamás volveré a tener miedo de ocultarlas.